miércoles, 5 de octubre de 2016

Factores que hacen al Sistema Cultural

Los factores extraídos de El sueño panamericano, Lawrence E. Harrison, Editorial Ariel, marzo 1999, págs. 51-60, son:

Enfoque del tiempo
Trabajo
Frugalidad
Educación
Mérito
Sentido de comunidad
Ética
Justicia
Autoridad
Laicismo


Enfoque del tiempo
Las culturas progresistas se concentran en el futuro; las sociedades tradicionales, en las que se incluye a las de América Latina, se concentran en el pasado o en el presente; el futuro suele pertenecer al otro mundo. La idea del futuro está implícita en la frugalidad calvinista considerada por Weber, que la tachó de “ascetismo”, como el motor del capitalismo. El futuro se ve reducido a un grado importante en la concepción de los oriundos del este de Asia puesto que la adoración de los ancestros dicta una responsabilidad del individuo hasta cinco generaciones pasadas, pero también hasta cinco generaciones futuras. Y “el judaísmo se aferra a la idea del Progreso. La Era Dorada de la Humanidad no está en el pasado, sino en el futuro”.

Trabajo
El trabajo es fundamental para la buena vida en las sociedades progresivas, una fuente de satisfacciones y de respeto por uno mismo, la base de la estructura de la vida cotidiana, y una obligación del individuo para con toda la sociedad. El trabajo es considerado como algo noble e indispensable en la ética protestante, judía y confuciana; en muchas culturas del Tercer Mundo, incluyendo ala iberocatólica, el trabajo se ve como un mal necesario, y la satisfacción y el placer verdaderos se logran solamente fuera del lugar de trabajo. Las actitudes hacia el trabajo están, por supuesto, en relación estrecha con las posibilidades de obtener logros y concretas emprendimientos, de las que depende el desarrollo económico. 

Frugalidad
La frugalidad conserva el fruto (dos palabras que comparten una raíz latina) del trabajo para inversiones o posterior consumo. Ya he mencionado su papel fundamental-llamado ascetismo-en la interpretación de Weber sobre el capitalismo. También es un valor destacado en el este de Asia .testimoniado por los niveles extraordinariamente altos de ahorro. Aunque nace del taoísmo y no del confucianismo. La legendaria, y muchas veces estereotipada, frugalidad judía puede tener sus raíces en la inseguridad extrema que los judíos enfrentaron en las precarias circunstancias posteriores a la diáspora en su condición de minoría perseguida. Tal como lo enfatiza Foster, la sociedad tradicional considera que uno gana (o ahorra) a expensas de los demás, de ahí las ceremonias y fiestas elaboradas donde se redistribuyen los ahorros. El ahorro en los países latinoamericanos equivale aproximadamente a la mitad de lo que ahorran los países del este de Asia; sin embargo, como ocurre con otros aspectos del desarrollo, las tasas de ahorro son susceptibles de sufrir cambios importantes en el transcurso de las distintas políticas, tal como lo demuestra la experiencia de Chile.

Educación
La educación es la clave para el progreso en las sociedades dinámicas. En contraste con el catolicismo tradicional, que interpone al sacerdote como el intérprete de las escrituras de Dios para los fieles, tanto el protestantismo como el judaísmo destacan la importancia del alfabetismo, para que cada seguidor pueda leer la Biblia. Y la educación también es central para el confucianismo, como lo evidencia el alto nivel de alfabetismo de Japón en relación con Europa occidental en el siglo XIX, incluso antes de la Restauración de Meiji. En las sociedades tradicionales, las masas ven la educación como algo superfluo, como un derecho de las élites. En América Latina todavía hay un grado sumamente elevado de analfabetismo, y son muchos los países de la región en los que la mitad, o más, de los adolescentes en edad de cursar los estudios secundarios no concurren a ningún establecimiento educativo.

Mérito
El mérito como la base del desarrollo personal es una realidad concreta en las sociedades progresistas. Está en íntima relación con el logro, el impulso analizado por David McClelland en The Achieving Society (La Sociedad del Logro). El concepto calvinista de elección-la creencia de que Dios ha bendecido a unos pocos elegidos cuyo estado de gracia se hace evidente en sus condiciones de prosperidad-promueve la idea del logro y el mérito. El mérito es un valor central del confucianismo, y está simbolizado por los exámenes nacionales que se realizan en China, Japón, Corea y Singapur. Para el judaísmo, el logro y el énfasis en el mérito tal vez estén motorizados por los mismos factores psicológicos que han promovido la frugalidad, pero con la actitud adicional de “se los voy a mostrar” de una minoría perseguida (recuerdo ahora la película Carrozas de fuego, en la que el presbítero Scot Eric Liddell, que corría para su Dios, ganó la carrera de 400 metros en las Olimpíadas de 1924, y su compañero de equipo británico, el judío Harold Abraham, que corría para probarse que era tan bueno como cualquier otro, e inclusive mejor, ganó los 100 metros).
En las sociedades tradicionales, y en particular la de América Latina, el mérito no suele tener reconocimiento. La familia, los amigos, los patrones, y las relaciones (amiguismo) son lo que importa.

Sentido de comunidad
La sensación de comunidad se extiende más allá de la familia y alcanza a la sociedad en un sentido más amplio en las culturas progresistas. El sentido de comunidad –un vasto radio de identificación y confianza- alimenta el código ético y el sentido de justicia y a su vez se alimenta de ellos. En el reciente estudio de Robert Putnam sobre la Italia contemporánea, Making Democracy Work (Hacer que la Democracia Funcione), el sentido de comunidad se traslada hacia los “esquemas horizontales de asociación, confianza y cooperación que facilitan un buen gobierno y una prosperidad económica”. El trabajo de Putnam contiene muchos ecos del libro de Banfield, que acentuaba las costosas consecuencias en términos de pobreza e injusticia de una concepción vertical del mundo, de la ausencia de una sensación de comunidad, en el sur de Italia. Hace menos tiempo, la obra de Francis Fukuyama, Trust – The Social Virtues and the Creation on Prosperity (Confianza: las Virtudes Sociales y la Creación de Prosperidad) ponía el énfasis sobre los beneficios de las asociaciones espontáneas –el sentido de comunidad y confianza- en sociedades como Japón, Alemania y los Estados Unidos.
En las sociedades tradicionales, incluida la de América Latina, la identificación y la confianza se limitan fundamentalmente a la familia. Aquellos ajenos a la familia son insignificantes, tal vez hostiles, y por cierto quedan fuera de una “comunidad” sentida. La ausencia del sentido de comunidad –el sentido de responsabilidad hacia otras personas de la sociedad. Contribuye a las cualidades “invertebrada, particularistas” de las sociedades hispánicas señaladas por José Ortega y Gasset. La ausencia del sentido de comunidad nutre el autoritarismo, y también se vincula con el nepotismo, la corrupción, la evasión impositiva, el desorden generalizado tan común en América Latina, la falta de preocupación por la puntualidad y la ausencia de tradiciones filantrópicas.
Quiero destacar que si bien el sentido de comunidad es un factor importante para el progreso humano, es apenas uno de los tantos factores culturales que explican por qué algunas sociedades funcionan mejor que otras. El problema que se me plantea con el libro de Fukuyama es que varios países –por ejemplo China, Taiwán, Corea del Sur y Singapur- relativamente poco propensos a las asociaciones espontáneas si se los compara con Japón, Alemania y los Estados Unidos, tuvieron, sin embargo, un crecimiento veloz que, por lo menos en el caso de Taiwán, Corea del sur y Singapur, estuvo acompañado por un progreso de las instituciones democráticas. Sus milagros económicos son, en gran medida, consecuencia de otros factores culturales tal como ética laboral/capacidad empresarial, educación, frugalidad y mérito.
Un sentido de comunidad muy desarrollado tampoco asegura el dinamismo y la prosperidad económica. Costa Rica, un país con un fuerte sentido de comunidad en comparación con el resto de América Latina y en especial con América Central,  tiene estabilidad democrática. Pero es un país pobre comparado con el Primer Mundo, incluso con Argentina, Chile y Barbados; el crecimiento de su economía depende mucho del empresariado extranjero e inmigrante. El sentido de comunidad tan desarrollado de Costa Rica, lo mismo que la independencia de su sistema judicial –algo extraño en América Latina- aíslan a este país de la típica corrupción latinoamericana, en la que se cree involucrados a varios presidentes costarricenses de las últimas décadas.

Ética
El rigor del código ético influye en el desenvolvimiento político y económico. Weber pensaba que el énfasis que el catolicismo romano ponía en la vida después de la vida, y, en particular, en lo que él percibía como un sistema ético más flexible, colocaba a los católicos en desventaja respecto de los protestantes en esta vida. “El Dios del calvinismo no exigía a sus creyentes buenos trabajos individuales sino una vida de buenos trabajos combinados en un sistema unificado. No había lugar para el ciclo católico tan humano del pecado, el arrepentimiento, la expiación y la liberación, seguido por la renovación del pecado”.
Una anécdota ayudará a comprobar lo dicho. Los límites que la cultura pone a las instituciones, en este caso las instituciones legales, quedan de manifiesto en una conversación que el profesor Keith Rosenn, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami, tuvo con un abogado argentino. Desde el siglo XIX la Constitución argentina autoriza el juicio por jury y el uso del testimonio oral por parte de testigos. Pero nunca se ha llevado a cabo un juicio por jury. En cambio, ha prevalecido un engorroso sistema de deposiciones escritas, en el cual los jueces tienen la responsabilidad de dar los veredictos. Rosenn le preguntó al abogado argentino por qué ocurría esto. El abogado le contestó: “Somos un país católico, y todo el mundo sabe que sería muy fácil que un testigo mintiera, se confesara con un cura pocos días después, y fuera absuelto”.
Es probable que mediante un código ético riguroso aumenten los niveles de confianza, tan importantes para el pluralismo político y para una economía eficaz. Es claro que el rigor del código ético influye y es influenciado por el sentido de comunidad. Algunas religiones tradicionales ignoran las cuestiones éticas y se concentran en la propiciación del espíritu como esencia de la vida. El vudú en Haití es un ejemplo válido: se trata de una fuente importante de patología cultural aguda de ese anochecido país.

Justicia
La idea de justicia y juego limpio se nutre tanto por el sentido de comunidad como por un código ético riguroso. Allí donde estos puntos no son relevantes para la cultura, como en América Latina, la justicia es un concepto sumamente teórico y en la práctica es un producto raro que suele verse menoscabado por el dinero, las influencias, la política y el parentesco. En América Latina, sólo Costa Rica, Chile y Uruguay cumplen con las normas mundiales de independencia judicial.

Autoridad
La forma en que se comprende y se ejerce la autoridad en una sociedad nos presenta una complicada cuestión cultural. En teoría, las culturas verticales, muy autoritarias como las de América Latina no sólo deberían enfrentar dificultades extremas para forjar instituciones políticas pluralistas sino que además tendrían que soportar un crecimiento económico lento, puesto que es dable esperar que el autoritarismo sofoque las críticas y el disenso, la creatividad y la capacidad de emprendimiento, e ignore los méritos. Esta fórmula caracteriza la evolución de América Latina así como también, hasta hace pocas décadas, la de España y Portugal. Las culturas horizontales, más pluralistas, en las que la autoridad está difundida, deberían gravitar naturalmente hacia la democracia y deberían nutrir la creatividad económica. Las llamativas deferencias que analiza Putnam entre el próspero y comunitario norte de Italia y el pobre y autoritario sur, constituyen una evidencia más de los costos políticos y económicos de una autoridad ilimitada.
Pero el autoritarismo, vinculado con la piedad filial, es central para la ética confuciana y es claro que no ha representado ningún obstáculo para el crecimiento económico de Japón, por lo menos desde la Restauración Meiji; tampoco para Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong y Singapur después de la Segunda Guerra Mundial; o para China después de la muerte de Mao. Las tradiciones autoritarias de Alemania,  que permiten explicar su lento avance hacia la democracia en comparación con la mayoría de sus socios europeos, tampoco impidió el crecimiento económico. En Asian Power and Politics – The Cultural Dimensions of Authority (Poder y Política en Asia. Las Dimensiones Culturales de la Autoridad), Lucian Pye examina la intrusión política del tradicional autoritarismo confuciano, contrario a los emprendimientos comerciales, en la esfera económica. Pye piensa que es intrusión explica el relativo atraso económico previo al despegue de los países del Sudeste asiático. De manera correspondiente, el despegue de estos países fue impulsado por el hecho de que los políticos se alejaron de la esfera económica y porque reconocieron las habilidades –el mérito- de los especialistas; o porque facilitaron el desarrollo económico de forma activa al asociarse con los tecnócratas. En efecto, tal alejamiento, e inclusive la facilitación, liberó los poderosos valores éticos protestantistas del confucio-taoísmo en cuanto al trabajo, la frugalidad, la educación y el mérito de la creatividad. El poder de estos valores también ha tenido mucho que ver con el éxito económico de Alemania, a pesar de sus tradiciones autoritarias.

Laicismo
Por último, la religión está en gran medida confinada a la esfera espiritual en las sociedades progresistas; en las sociedades tradiciones suele entrometerse en las preocupaciones mundanas, incluyendo la política y la economía. Como podemos apreciar en las diferencias entre el norte y el sur de Italia, la relación entre el laicismo y el desarrollo es muy fuerte, tal como lo destaca Putnam en Making Democracy Work (Hacer que la Democracia Funcione). Dice Putnam: “La religión organizada, por lo menos en la Italia católica, es una alternativa a la comunidad cívica y no parte de ella”. Un contraste igualmente llamativo se da en la Turquía dinámica, democrática, ilustrada y laica nacida a partir de la visión de Ataturk, que contrasta tanto con la mayoría de los otros países islámicos –con Irán, como caso extremo- donde la influencia de los intérpretes de las leyes del Islam todavía es muy fuerte.
Aunque el papel de la Iglesia Católica romana fue central en la política –y en la violencia- de América Latina, en la actualidad todos los países han conseguido un alto grado de laicismo. El proceso de laicización se ve socavado por la competencia dinámica del protestantismo. Pero la influencia de la Iglesia todavía llega hasta el dominio cívico. Cuando visité Chile en 1995, se me dijo que la persona que muchos consideraban el educador más distinguido del país, José Joaquín Brunner, no podía ser nombrado Ministro de Educación debido a sus puntos de vista laicos y la oposición de la Iglesia. *
A lo largo de todo el libro, son esto diez factores los que tengo en cuenta al usar la palabra cultura. En mi opinión, son los puntos más destacados entre las “varias corrientes de nociones y opiniones del hombre y… la masa de aquellas ideas que constituyen la formación de su intelecto… la totalidad de la condición moral e intelectual de una persona” mencionados por Tocqueville y que ejercen una influencia poderosa en la conducta de cada persona como individuo y como parte de una sociedad.
*La alianza de Brunner con el gobierno de Allende, en su mayor parte anticlerical, también puede haber tenido que ver, aunque no impidió que fuera designado en un alto cargo gubernamental desde la finalización de la dictadura de Pinochet.  

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Factores complementarios: 

De la disciplina personal y social
De la responsabilidad y solidaridad
De los controles
De los secretos de Estado

De la disciplina personal y social
Ver ¿Dónde fue a parar la disciplina? (pág. 17 del manifiesto) Y servicios patrióticos (pág. 10 del manifiesto)

De la responsabilidad y solidaridad
Párrafo de Karol Wojtyla en Amor y Responsabilidad
“A diferencia de Manuel Kant, no formula el orden moral en el imperativo, sino que luego de algunas consideraciones él se basa en el principio personalista que ordena:
Cada vez que en tu conducta una persona es el objeto de tu acción, no olvides que no has de tratarla solamente como un medio, como un instrumento, sino que ten en cuenta el hecho que ella misma tiene, o por lo menos debería tener, su propio fin. Así formulado, este principio se encuentra a la base de toda libertad bien entendida, y sobre todo de la libertad de conciencia”.
Párrafo de Hacia el Futuro, de la “Lay Commission”.
La vida democrática requiere de un nuevo esfuerzo sobre la iniciativa personal y  la responsabilidad social, más que sobre la resignación y obediencia. La vida capitalista requiere de nuevo énfasis en los emprendimientos, invenciones, cooperación social y hábitos de prudencia/frugalidad, más que de conformismo pasivo y agradecida dependencia de otros.

De los controles
Proveniente de lo tenido en cuenta por el Análisis FODA:
Las operaciones de control a lo legislado y a lo programado, y posibles desvíos, sea, a lo reglamentado (cuando no respeten el espíritu o lo ordenado por las leyes) y a lo ejecutado.

De los secretos de Estado

Toda información sensible que no sea guardada debe considerarse y castigarse como traición a la patria tal como indicado en el Código Penal en los artículos 214 a 218. 

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